Un crimen pasional, nos
cambió el Palacio Legislativo
Este caso tiene una
particularidad, que para muchos puede pasar desapercibido el nombre de la
víctima, pero su desaparición a nosotros los uruguayos nos deja un proyecto que
su culminación fue diferente a quien fuera su mentor.
Otro caso que une a las dos
orillas, “Es una singular historia que
inesperadamente enlaza con el Club Peñarol de Fútbol y con el asesinato
pasional del “arquitecto de la democracia”, como lo califica Alberto Moroy con
sobrada justicia”.[1]
|
Vittorio Meano
|
Si preguntáramos un arquitecto
italiano que realizó una obra de gran relevancia en ambas capitales del Plata,
sin duda muchos nos responderán Mario
Palanti, con sus Palacio Barolo y
Salvo. Pero no es el caso.
![]() |
| Víctor Meano |
De la persona que a partir de
ahora presentamos es el italiano Vittorio
Meano o Víctor Meano, en 1878, obtiene
el título de geómetra en el Instituto de
Pinerolo; -es la localidad donde nació Juan Bautista Crosa, el
que le dio en nombre al barrio de Peñarol-, para luego pasar a estudiar
arquitectura en la Academia Albertina de
Turín.
Comienza su experiencia en 1880 en
la oficina de su hermano Cesare que era ingeniero; en 1884 toma la decisión de
cruzar el Atlántico para desembarcar en el estudio de Francisco Tamburini[2] en
la ciudad de Buenos Aires. En momentos que se estudiaban varios proyectos de
obras públicas.
Para ver la obra de Vittorio
Meano, no es de la cantidad de Tamburini, incluye pocos edificios, pero sin
duda son obras de gran trascendencia para la ciudad es el caso del Teatro Colón y el Congreso Nacional en Buenos Aires, y el Palacio Legislativo de la República Oriental del Uruguay, en
Montevideo.
Así es Meano fue el ganador del
proyecto del edificio para nuestro Poder Legislativo. Agreguemos algunos datos
que por lo general se nos olvidan. La obra fue adjudicado a los arquitectos
Jacobo Vázquez Varela y Antonio Banchini.
El 1º de marzo de 1903 al asumir
la Presidencia de la República, José Batlle y Ordóñez se instala una nueva
Comisión, quienes promulgan las bases
del Concurso internacional para un
Proyecto de Palacio Legislativo en la ciudad de Montevideo.
|
Proyecto
ganador
|
No entraremos a ver la obra
monumental de nuestro Palacio Legislativo, ni tampoco las obras de la propuesta
ganadora con el seudónimo Agraciada que
Meano realizo, pero si nos corresponde ver como un hecho de la crónica roja, o
las pasiones pueden jugarnos una mala pasada…
Vittorio tenía un gusto por su
trabajo con la particularidad de seguir
muy de cerca la misma, diríamos día a día, el 1º de junio de 1904 se había
mudado a la casa de Rodríguez Peña 30 entre Rivadavia y Bartolomé Mitre. “Su colega Alejandro Bustillo instalaría
después una vivienda provisoria pegada al “viejo Colón” cuando emprendiera la
tarea de transformarlo en banco. Meano tenía más suerte: le bastaba doblar la
esquina de Rodríguez Peña y caminar unas cuadras por la Avenida de Mayo
para contemplar la obra. Una mañana había llegado muy
temprano, era verdad que le dedicaba bastante más tiempo que a Luisa, su
mujer, y que la relación con aquella mole de ladrillos llevaba casi una
década. El arquitecto tenía bastantes preocupaciones con el Congreso y el
literalmente interminable Teatro Colón. Su amigo corrió con la noticia: minutos
antes había visto a Catalina, la criada, abrir la puerta de Rodríguez Peña 30
al hombre aquél y Meano pensó que era entonces o nunca”.[4] ¿Qué
está pasando…? ¿Cuál es el motivo que Meano regresa sobre sus pasos?
Con un andar pausado Vittorio
regresa a su domicilio, llegó coloca la llave y abre la puerta para subir la
escalera.
Buscaba a su esposa, la que
encontró en una de las habitaciones de la planta alta. La observo y vio que
estaba, “con los ojos encendidos y las
manos crispadas”. Comenzó hablar en italiano, la criada no le entendía,
pero logra deducir por la voz de su patrona que no tenía argumentos para
sostener la mentira.
En forma decidida Meano abre la
puerta, sin duda fue muy fuerte la impresión que recibió al ver a su ex mucamo
Carlos Passera en la habitación, despedido a fines de abril, y mayor aun la
sorpresa al reconocerle la ropa que llevaba el ex empleado, eran de su
propiedad. Ahora podía entender la insistencia de su mujer Luisa,[5] la que le reclamaba por el regreso del
empleado, si para él era un joven ineficiente.
|
Diario El País.
(Argentina) 2 de junio de 1904
|
Mientras tanto las dos mujeres se
encontraban al pie de la escalera pudieron escuchar dos disparos. Inmediatamente
de ocurrido los disparos el joven Carlos salió corriendo de la casa, vestido con
un traje oscuro. En la esquina de Rivadavia se encontraba el agente Domingo
Noriega el cual se puso en guardia al escuchar los estampidos. Ante su
presencia Carlos le conto que en la casa al 30 se produjo un accidente y que se
encontraba un hombre herido.
Lo más rápido que pudo Domingo
Nogueira llego al a casa, así lo ameritaba al comprobar las expresiones de las
mujeres que lo requerían.
Al ver a Vittorio, inmediatamente
salió a la calle para pegar el pitido de alarma a sus colegas. Al entrar
nuevamente se percató que Carlos se esfumo.
Al recabar la información de los
testigos, se pudo construir el hecho. El
dueño de casa había entrado a la misma
alrededor de las 9:55, yendo directamente a las dos habitaciones del fondo,
subiendo la escalera se le escucho gritar a alguien, pasos precipitados y
después las detonaciones. Cuando salieron al patio se encontraron con el cuadro
de Meano herido en el pecho que llego a decir “¡Me han muerto, que embalsamen mi cadáver!”
El asesino vivía a la vuelta por
la calle Rivadavia pasando una cuadra del edificio en construcción del Congreso.
Este había pasado por su casa para cambiarse el traje por uno claro. Dieciséis
años menor que Vittorio, y, para colmo, italiano como él. La policía encuentra
en el cuarto de pensión una foto de él, la que será difundida entre la policía.
Passera rumbea para las
inmediaciones del cementerio de La
Recoleta; “En sus meditaciones
permaneció hasta muy cerca de las cuatro de la tarde, hora en que abandonó el
aristocrático paseo y en tranvía se dirigió a la casa del abogado que lo
defiende, situada a una cuadra del Departamento de Policía”.[6]
A las 9 de la mañana del otro día
se entregó a la policía, declarando ante la misma; “…durante su estadía en lo de los Meano había logrado relacionarse de
manera más que amistosa con la dueña de casa, la fornida Luisa Franchini de
Meano. Ese habría sido el motivo de su despido. A pesar de su expulsión el
mucamo habría continuado sus visitas a la casa, de una manera por demás
clandestina. En la mañana del 1º de junio, Meano encontró a su mujer con el ex
mucamo. La pelea terminó de la peor manera…”.[7]
Al tocarle el tuno a Luisa, esta
realizo algunas aclaraciones; “…el tal
Carlos estaba loco de remate. No iba a negar que alguna vez lo había recibido
en horas en que su marido estaba fuera del hogar, pero había sido para explicarle
que bajo ningún punto de vista podría volver a trabajar en esa casa. Incluso
recordaba que le había enviado alguna carta con dinero porque le daba pena que
se hubiera quedado sin trabajo. Era verdad que esa mañana lo había hecho pasar
y le había pedido que aguardara que se fuera Meano a trabajar porque su marido
estaba de muy mal humor y lo mejor que podía hacer era no cruzarlo. Todo era
posible, salvo esas insinuaciones de amoríos que si estaban fuera de lugar”.[8]
Al realizarse el allanamiento en
lo de Passera, se encontraron las cartas, pero estas era cartas incriminatorias
de la viuda, las mismas estaban escrita en italiano, eran románticas y
picantes. Los trabajos de la justicia llego hasta determinar que el traje
oscuro que en un principio tenía puesto Carlos al momento de crimen eran del
finado, era más la propia viuda se lo había dado esa mañana.
|
El
asesinato de Víctor Meano
Víctor Meano (q.e.p.d.). Falleció el 1º de junio de
1904. Luisa Franchini de Meano, esposa, Carolina Benetti de Meano, madre
(ausente), sus hermanos Comendador César Meano y Serafín Meano (ausente) y
demás deudos, invitan a sus relaciones a acompañar los restos del extinto al
Cementerio del Norte, hoy jueves 2 a las 3 p.m. Única invitación. Se despide
por tarjeta. Casa mortuoria: Rodríguez Peña 30. Diario El País. (Argentina) 2
de junio de 1904. Sección Necrológicas
|
Su hermano Cesare aceptará que
sea enterrado en el panteón de las familias Botto y Solari en la Recoleta.
La justicia fallo en el caso, Passera
es condenado a 17 años por el homicidio; Luisa es procesada por complicidad y
encubrimiento, pero el juez la perdona a condición de que se vuelva a Italia.
Pareciera que la casa de los
Meanos estuviera destinada a la desgracia. Todavía estaba en el recuerdo de los
vecinos el lamentable fin del dueño de casa.
El martes 26 de julio nuevamente
tuvo que concurrir la justicia a dicho domicilio, además de dos ambulancias, la
gente de inmediato se acercó para poder ver que estaba pasando.
Nuevamente el protagonistas de
los hechos era un ex empleado, ahora Gaspar Pecchio, fue despedido por la viuda
de Meano el 19 de julio, ya que comentarios de sus compañeros hizo tomar dicha
medida a Luisa. El mismo había sido despedido por Meano, pero ella lo había
retomado una vez que ocurriera el fallecimiento de Vittorio. La recontratación
en realidad fue por algunas semanas, dado que en determinado momento se produce
una discusión entre Luisa y el mucamo.
No siendo de su agrado la medida
Gaspar escribe una carta a su antigua patrona, pidiendo que le realizara un
certificado de buena conducta. Sin ningún problema esta fue redactada por el
cochero –Luis Gay- y a su vez comisionado para su entrega.
No fue de su satisfacción la
nota, por lo cual le escribe a su antiguo compañero Luis para encontrarse en la
esquina de San Martin y Tucumán, entre las 9 y las 9 ½, al salir al encuentro,
esto fue aprovechado por Gaspar para entrar al domicilio de la viuda de
Meano, se encontró con Luisa, la que
esta le increpo su presencia y que se fuera antes que llegara la policía, este
la amenazó de muerte, no paso a mayores y se fue.
En ninguna de las oportunidades
salió la bala, Luisa trata de salir despavorida y un nuevo intento por disparar
el arma, ahora con mayor suerte, termina hiriendo a Luisa en un brazo, lo que
le provoca un desmayo.
Acto seguido sin comprobar el
resultado de su acción, paso acostarse vestido en la cama para pegarse un
balazo el cual le atraviesa el paladar, ocasionándole la muerte en forma
instantánea.
La policía al revisar el cuerpo
de Gaspar encontró dos cartas una de las cuales estaba dirigida al comisario de
la seccional y la otra a su hermano Pedro, esta última teniendo como finalidad
de ser una despedida con el mismo.
Los trabajos de la justicia
estuvieron a cargo del juez Dr. Gallegos, donde todos los sirvientes de la casa
manifestaron la culpabilidad del suicida. Dato curioso que se desprende de la
autopsia se comprueba que la ropa interior que el muerto tenía puesta tenían
las iniciales de Meano.
Nuevamente la historia ha dejado
en el olvido la memoria de este italiano, Vittorio
Meano, en Uruguay en la concreción del proyecto del Palacio Legislativo. Aún
más en las dos capitales rioplatense, en el nomenclátor no aparece ninguna calle en su nombre.
Podemos capaz hablar de injusticia cuando en Buenos Aires, Tamburini posee una
calle al costado del Teatro Colón, siendo el primer constructor del mismo,
Vittorio fue el segundo nada para él, y
quien termina la monumental obra el belga Jules Dormal hay un busto en una de
las salas. Y al pobre Vittorio tampoco se le hizo caso a su pedido para que lo
embalsamaran.
[2] Arquitecto italiano Francisco Tamburini
(1846-1891) llegó a la Argentina en 1881, ha pedido del presidente Julio
Argentino Roca para ponerlo al frente del Departamento de Arquitectura de la
Nación.
Obras:
en Buenos Aires, sobre planos de él mismo la Casa Rosada; el antiguo Hospital
Militar Central; la Escuela Normal de Profesores; el Arsenal de Guerra; el
Departamento Central de Policía, construido bajo su dirección; el proyecto del
teatro Colón.
Entre
las residencias particulares llevadas a cabo por Tamburini estan la de Juárez
Celman. En el interior del país también ejecutó diversas obras, tales
como el Teatro Rivera Indarte (actual Teatro del Libertador General San Martín),
el Hospital Nacional de Clínicas, la Penitenciaría y el Banco de la Provincia,
todos estos en la ciudad de Córdoba; autor de los proyectos del Colegio
Nacional y del Hospital Italiano en Rosario de Santa Fe. A Tamburini se debió
asimismo el edificio de la estación del ferrocarril en la ciudad de San Juan, y
los proyectos de los edificios de una escuela, del correo y de los Tribunales
en la ciudad de San Luis, construidos por cuenta del gobierno nacional.
[3]
Propuestas desde Italia, España, Francia, EE.UU., Inglaterra, Brasil y
Argentina.
[5] Luigia Fraschini no era libre, estaba casada con
un buon a nulla. Emigrar a la
buena de Dios y registrarse en el barco como matrimonio bajo el apellido Mehan
fue algo más que un gesto de amor.
Se
fueron a vivir justo frente al Colón, cuando todavía estaba allí el Parque de
Artillería. A Vittorio le gustaba vivir cerca de los andamios. De Luigia no
sabemos gran cosa, pero Vittorio tuvo una carrera fulgurante. http://historiasconlupa.blogspot.com/2011/12/vittorio-meano-no-nevaba-en-buenos.html
Meano
y Luigia emigraron juntos escapando del marido de ella, por lo que se registraron
en el barco como matrimonio bajo el apellido Mehan, para evitar ser rastreados.
La situación podrá recién ser regularizada en Buenos Aires, cuando tienen
noticias de la muerte del marido de Luigia, ha muerto en Turín y por fin pueden
casarse. Luigia se transforma en Luisa. Se mudan de la calle Cerrito 680
(frente al Colón) a Rodríguez Peña 30.
[6]
Balmaceda, Daniel- Historias inesperadas de la historia Argentina. Formato
digital. Abril 2011.
[7]
Balmaceda, Daniel- Historias inesperadas de la historia Argentina. Formato
digital. Abril 2011.
[8]
Balmaceda, Daniel- Historias inesperadas de la historia Argentina. Formato
digital. Abril 2011.



No hay comentarios:
Publicar un comentario